domingo, 15 de mayo de 2016

PULCRITO, EL SALVADOR DE LA TIERRA



PULCRITO,
EL  SALVADOR   DE  LA  TIERRA

Pulcrito era un niño muy ordenado y sus padres vivían orgullosos de él, Cada mañana, al levantarse, Pulcrito arreglaba su cama, ordenaba su habitación, se bañaba, cepillaba con esmero sus blancos dientes y se marchaba,  bien peinadito y arregladito, a la escuela.
Allí, le entregaba a la maestra la tarea que había realizado la noche anterior y, como siempre, recibía las mejores calificaciones. ¡Todos admiraban a Pulcrito, por su responsabilidad, pulcritud y eficiencia.
Mientras esto sucedía en la Tierra, en el planeta Marte gobernaba un rey que ansiaba que todo el universo estuviera en orden, limpio y sin rastros de basura ni contaminación. 
Al rey le habían llegado informes de que los habitantes de la Tierra eran los más desordenados del universo. Por tal motivo, designó una patrulla formada por tres marcianos y les dijo:
- Vayan a la tierra, Averigüen si son ciertos mis informes y si así fuera, procedan a informarme para exterminar a todos los terrícolas. 
La patrulla tomó su nave espacial y, en pocos minutos llegó a la Tierra, aterrizando en un bosque, donde Pulcrito había ido a recoger unas frutas para que su madre hiciera una mermelada.
Los marcianos al ver a Pulcrito se hicieron invisibles y decidieron seguirlo hasta su casa, a fin de averiguar si era verdad lo del desorden de los terrícolas. Pulcrito entró en la casa y los marcianos hicieron lo mismo. Al pasar observaron el cuidado jardín, el cual era atendido por Pulcrito cada fin de semana. Pulcrito se dirigió a la cocina, siempre con los marcianos siguiéndole los pasos. Allí tomó un  recipiente, echó en él las frutas y las guardó en la nevera. La bolsa donde trajo las frutas la echó en la papelera, se lavó y secó sus manos y se dirigió a su habitación.
Los marcianos fueron tras él y se quedaron maravillados del orden que reinaba en el cuarto de Pulcrito. Estaba más limpio y ordenado que sus propias habitaciones allá en Marte. También se sorprendieron gratamente al ver la cantidad de carteles que la mamá de Pulcrito tenía colocados por toda la casa, para recordar las normas de convivencia. 
Avergonzados, los marcianos dieron media vuelta y se dirigieron a su nave. ¿Cómo se les había ocurrido -se dijeron- dudar de la pulcritud de los terrícolas, cuando hasta un niño de aquí era más limpio y ordenado que ellos? 
Montaron en su nave y partieron, rumbo a su planeta, a informarle al rey los resultados de su misión: los terrícolas eran los seres más ordenados y pulcros del universo. 
La Tierra  se había salvado de ser destruida y Pulcrito, sin saberlo, se había convertido en el salvador de nuestro planeta. 
¡Era el héroe que había salvado a la Tierra de ser exterminada por los  marcianos!.


                                                   Jesús Núñez León.


















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