Hace
muchísimos años, en un país muy lejano, vivía la feliz y muy unida familia de
los dígitos, formada por diez hermanos y sus padres, mamá dígito y papá dígito.
Los diez hermanos eran el Uno, el Dos, el Tres, el Cuatro, el Cinco, el Seis,
el Siete, el Ocho, el Nueve y el Cero.
El
Uno, que era el más gordo y travieso de todos, nunca quedaba satisfecho con la
cantidad de comida que su madre le servía y se iba todos los días al bosque a
recoger frutos, de los cuales comía hasta hartarse.
Cierto
día, desobedeciendo a sus padres, se internó en lo profundo del bosque y
comenzó a comer abundantemente de todos los frutos que recogía. Fue tanto lo
que comió, que tuvo que sentarse al pie de un frondoso árbol y allí se quedó
profundamente dormido.
Cuando
al fin despertó, ya era medianoche y comenzó a llorar y a llorar, asustado por
la oscuridad y por los ruidos de los animales del bosque; hasta que un hada
buena se condolió de él y le ofreció llevarlo hasta su hogar, pero le hizo
prometer que sería un niño obediente y que nunca más comería con la gula con
que lo hacía.
El
Uno regresó feliz a casa, donde lo abrazaron con gran alegría sus padres y sus
hermanos. Y fue tal el empeño que puso en cumplir con lo prometido al hada, que
al poco tiempo se había convertido en el miembro más delgado y elegante, y
también en el más obediente, de la familia de los dígitos. Y, desde allí,
¡siempre fue el primero en todo!
Jesús Núñez León
Jesús Núñez León
Que genial tu cuento y las imágenes,te felicito!!!!.🙌🙌🤗🤗
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