De infelices recuerdos escolares,
citaré el de la maestra Marialed:
¿que mi propio criterio yo esbozare?,
¡de inmediato me mandaba a la pared!
Un buen día dijo, con esa autoridad,
con que se expresan casi todas las maestras:
-Reina en el fondo del mar la oscuridad,
de un negro mundo el océano es la puerta.
Y yo le contesté: -No es cosa cierta,
será en la noche que eso ocurrirá;
porque usted dijo ayer que la luz penetra
a través del agua, ¿o eso no es verdad?
por interrumpirme la clase, ¡insolente!;
y semana tras semana, a la pared,
me enviaba si opinaba diferente.
Recuerdo una vez en que afirmaba,
que todo ser humano bien formado
debía el mundo conocer donde habitaba,
Y yo, desde la pared, le contesté
que el primer ignorante yo sería
porque qué mundo iría a conocer
mirando una pared día tras día.
casi, casi que me incrusta en la pared;
e inexorablemente vivía yo,
de esa maestra, diariamente a su merced.
Una vez que el Director nos visitó,
me encontró de cara a la pared;
y le dije: -¿Para enseñarme a ser mejor,
esto lo considera justo usted?
Y respondió: -Como maestro, debo dar
mi opinión y es lo que haré:
mi opinión y es lo que haré:
-Si la errada conducta hay que enmendar,
no deja de tener razón usted;
no es pedagógica esa forma de enseñar,
¡abandone, de inmediato, esa pared!
-Maestra, es bochornoso este incidente,
ni criticar su actuación como docente;
nos ha dado este niño una lección,
le exijo pase usted por dirección,
¡necesitamos conversar urgentemente!
Y al parecer la lección ella aprendió,
de enseñar con más sapiencia fue su sed;
la ansiedad por castigarme abandonó
y más nunca me dijo. ¡a la pared!
Jesús Núñez León.
Cel. 0416 6921317
nunezleon48@hotmail.com
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pentagrama-poemasdeamor.blogspot.com
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