EL TURPIAL
Porque vino al mundo,
sin poder cantar,
el turpial lloró.
Y llora que llora,
su inicial plumaje,
se deterioró.
de amarillo intenso,
su madre le dio.
Y en el limpio espejo,
del agua de un río,
su imagen miró.
de claro disgusto,
aquel ave dio.
Y su madre, entonces,
un chaleco negro,
rauda le tejió.
Y él, agradecido,
en vez de un graznido,
su canto emitió.
Jesús Núñez León
Jesús Núñez León
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